La calle
aún huele a lluvia
y a otoño
que llega.
Hojas –en
charcos
en la
acera.
El frío corta
a navaja
en el
país de la Niebla.
Cuántas
luces pasan de largo
-sin
haberme dado cuenta-
y al
llegar al fin a casa
no encuentro
la puerta abierta
no encuentro
voces ni olores,
ni flores,
ni adiós, ni tregua.
Dejadme
volver al abismo callado de la Materia.
Volver
al gris, volver al azul de ausencia
- con la
lluvia y con el fango -,
a la tierra
y a la arena.